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´Compartimos el mismo sol, respiramos el mismo viento, sin agua nos marchitamos, La Tierra es nuestro alimento´
Este verano asistimos con algunos niños de pueblo al estreno en el Teatro Real de Madrid, de la cantata infantil “Somos Naturaleza”, compuesta por Sonía Megías con libreto y dirección escénica de Eva Guillamón. Dos años de trabajo que culminaron con 170 niños sobre el escenario, la mayoría con síndrome de Down que actuaron por los árboles, por la tierra y por nosotros, en una interpretación de sobrecogedora belleza.
A continuación, la excelente crónica del acto publicada por ABC.es
Niños
con capacidades diferentes o en riesgo de exclusión social emocionaron
ayer al público con el estreno de la cantata infantil «Somos naturaleza»
"Con los nervios a flor de
piel, cuesta imaginar la serenidad con la que un grupo de jóvenes grabó
ayer su impronta en el imponente escenario del Teatro Real.
Niños -en su gran mayoría- con capacidades diferentes o en riesgo de
exclusión social; artistas, como Elena, quien a sus 17 años, tiene claro
que el síndrome de Down que padece es el menor de los obstáculos a la
hora de cumplir su cometido. «La música es mi vida. Cuando bailo me
siento libre», explicaba, con la emoción en la cara de sentirse una
estrella.
Una más en medio de la constelación que, ante un público entregado, alumbró el estreno de la cantata infantil«Somos naturaleza»
(desarrollada por el Aula Social del coliseo y Acción Social por la
Música). Al calor de la reconocida pianista Rosa Torres-Pardo (Gea), las
interpretaciones de Clara Muñiz (Luna) y Beatriz Oleaga (Songhi) y el
buen hacer de la orquesta dirigida por Nuria Fernández, 170 menudos
protagonistas asombraron con cantes y bailes cargados de simbolismo.
«Compartimos el mismo sol, respiramos el mismo viento, sin agua nos marchitamos, La Tierra es nuestro alimento»,
entonaron al unísono, con la sincronización evidente de duros meses de
trabajo. «Decidí escribir una historia para concienciar a los niños de
que nuestro planeta no es infinito», señalaba Eva Guillamón, libretista y
directora escénica de la obra. En coordinación con la compositora Sonia
Mejías, ambas mujeres tardaron dos años en dar vida a un trabajo que no pudo arrancar de mejor manera.
«Ha sido realmente
emocionante», «me han entrado ganas incluso de llorar», replicaban
algunas voces al término de la función. Sin tiempo aún para abrazar a
sus padres, Susana y María, de 18 y 16 años respectivamente, ya tenían decidido el futuro
que les espera por delante: «Desde pequeñas nos encanta actuar»,
expresaban, conscientes de la proeza conseguida. «Son niños que les
cuesta mucho todo lo relacionado con la psicomotricidad y el movimiento
corporal, pero, con mucho esfuerzo, lo han conseguido», incidía la
coreógrafa Marina Ayán.
Héctor, por su parte,
confirmaba lo que barruntado antes del comienzo. «Hemos trabajado mucho y
el resultado ha sido espectacular», relataba, tras ser parte del elenco
de 18 danzantes. Representando a la madre naturaleza,
voces como las del pequeño Saúl, con autismo, o las de David Esteban o
Denisa, en situación de riesgo de exclusión, conformaron un triunfo coral contra la adversidad. Esa misma adversidad que, en días como ayer, no es más que la meta de un sueño que 170 artistas lograron hacer realidad."